jueves, 29 de marzo de 2012

Los alimentos saben mejor si alguien los prepara por ti



¿En qué radica la magia de comer un mole de olla? 
¿En prepararlo?
¿En ingerirlo ya hecho?

De acuerdo con la Universidad Carnegie Mellon, no es lo mismo elaborar tus propios bocadillos, ya que si anticipas algo por mucho tiempo, se pierde la 'emoción' de comerlo, entre otros factores.

Por ejemplo, visualiza que llevas todo el día queriendo comer unas papas fritas. Cuando por fin las compras, apenas si puedes comer la mitad de la bolsa. Es una especie de fenómeno de saciedad, de la misma forma en que muchos siempre tienen 'espacio' para el postre –aún cuando ya no les cabe nada.

Asimismo, gran parte del proceso se debe al olfato. No es igual estar en un cuarto separado y bajar a comer, que pasar horas en la cocina y acostumbrarte a los aromas. Es como masticar una cebolla con la nariz tapada, no se disfruta y no sabe a nada porque nuestro sentido ya se adaptó al ambiente. Sucede lo mismo con las sobras. Debido a que es más sencillo calentar un platillo, la sensibilidad aumenta cuando no se han olido previamente.

Y la pura verdad cuando llego a cocinar me pasa eso y  ya no me da tanta hambre, pero existe la opción de ir a comer con el vecino ñ_ñ


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